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El segundo que se me despierta es si otro varón desafía mi posición en el grupo. Yo soy el que decide. Si uno de los malos más jóvenes piensa en otra cosa, tengo que darle una lección. Siempre termina de una manera que él acepta mi liderazgo.
Ahora debes perdonarme, me he vuelto tan cansado de escribir a usted. Necesito una siesta.
Saludos de Manolo |